24 de Abril de 2024
Director Editorial Lic. Rafael Melendez | Director General - Dr. Rubén Pabello Rojas

ACERTIJOS: LOS CENTROAMERICANOS

 

 

Gilberto Haaz Diez

 

*De Esquilo: “Ni aun permaneciendo sentado junto al fuego de su hogar puede el hombre escapar a la sentencia de su destino”. Camelot

 

 

Falta poco para que Veracruz celebre los Juegos Centroamericanos y del Caribe. Muchos aventureros del desastre, los siempre impugnadores de todo y a favor de nada, auguran que a Veracruz le faltan muchas cosas. Quizá sí, pero nos sobra lo demás, que es amabilidad y hospitalidad para recibir a tantos hermanos centroamericanos que vendrán adonde las noches son diluvio de estrellas, palmera y mujer. Hubo relojes en parques públicos, que marcaban las horas para los Juegos, que serán del 14 al 30 de noviembre, con diferentes sedes. Veracruz saldrá adelante; al otro día, dice Beto Silva, el Jefe de Información y Propaganda de Veracruz, el gobernador Duarte dará su Informe de Gobierno, y la marcha del estado continuará. Lo rememoro porque hace muchos años, cuando la FIFA dio la sede del Mundial de Fútbol a Santiago de Chile, en 1962, muchos auguraban un fracaso y resultó uno de los mejores mundiales. Carlos Dittborn, su presidente, se ingenió una frase que resultó profética: “Porque nada tenemos, todo lo haremos”. Todo lo hicieron, no les faltó nada, Mundial con goles, sin escándalos como los de ahora. Así le ocurrirá a Veracruz, saldremos adelante y el turismo arrollador llegará a estas playas del Golfo, y a sus subsedes. Y a Xalapa, que también es pueblo y lo gobierna Américo Zúñiga, el hijo del profesor.

 

ESA FOTO (SILVA-AMPUDIA)

 

Dicen los enterados de la política que siempre una foto revela muchas cosas ocultas. Algunos significados como escapista a la Houdini (ahora lo revelo, porque ayer comenzó la miniserie Houdini, con el gran Adrien Brody, ganador del Oscar, en A&E e History Channel, los domingos por la noche). En Facebook, Beto Silva exhibe una fotografía con Enrique Ampudia Mello, el Sherlock Holmes de los pobres. Uno en camisa (Silva) y el otro (Ampudia) en un suetercito rojo digno de profesor marista, algo dilucidan en ese domingo de desayuno en el Toks xalapeño, como marca el titular de Comunicación Social de Veracruz en su página facebookera. Ampudia un día vino y se fue. Llegó a cumplirle a la patria chica, que no es la suya, y después se marchó a tierras defeñas. Se perdió, porque traté por todos los medios de encontrarle y sus teléfonos ya habían caducado, o cambiado el sitio. Es una gente conocedora de la política, con olfato de investigador nato, llegó en momentos difíciles y en momentos de más quietud se fue. Solo Silva y el Preciso saben qué se traen entre manos, pero c’est la vie, diría un francés.

 

EN EL HOSPITAL RÍO BLANCO

 

Tenía una cita concertada hace tiempo. La doctora Minerva Junco González, directora del afamado y prestigiado Hospital Regional de Río Blanco, invitaba a conocer parte de lo nuevo que allí funciona, como su área privada, en la que se cobra pero se atiende con mucho esmero y dedicación. Es un Hospital que en el pasado, y en el presente ha ganado y merecido Premios Nacionales de Calidad. Aquello es un mundo. Llego acompañado del doctor Andrés Esquivel Haaz, de la Jurisdicción Sanitaria Número VII. Nos espera la doctora y su staff de trabajo, entre ellos el número dos, doctor Alejandro Pimentel, y la jefa de enfermeras, Mara Torres Vidaurri, con 300 enfermeras a su cargo, en un lugar donde laboran aproximadamente unas mil personas. Aquello huele a limpio, le digo a la Junco. La limpieza brota por doquier. Subimos el elevador, alguna vez estuve en otro sexenio, en el mismo lugar pero no con la misma gente. He escrito hasta el cansancio que los sistemas de Salud del país son únicos, extraordinarios, lo mismo el IMSS, Issste, y estos del gobierno de Veracruz. Sé que el secretario Juan Antonio Nemi Dib conoce los pormenores de eficiencia. Aquí se ha acabado la grilla e impera el orden y el trabajo. Da servicio a 56 municipios aledaños y hasta a otros estados vecinos. Medicina de primera. Se inauguró en 1985 y pronto va a llegar a los 30 años. Un salubrista de primera marca una placa en la entrada, el doctor Julio Frenk, con Maestría en Salud Publica de la Universidad de Michigan, que hoy da su talento a la Organización Mundial de la Salud, que no tarda en presidirla. Decano de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Harvard, además consejero de la Fundación Bill & Melinda Gates y fue designado por Carlos Slim como director general del Instituto Carso de la Salud. Julio llegó un día en la época de Vicente Fox a asombrarse del trabajo de este hospital. Camino los pasillos con el staff médico. El doctor Tonatiuh Vargas nos lleva al área de partos. Explica: Aquí nacen, en su mayoría, niños y niñas indígenas. Nacen en promedio 15 a 18 niños por día. Un promedio anual de cuatro mil 600. La doctora innovó un área recreativa. Un lugar de descanso para que las parturientas allí aguarden el alumbramiento. Es de piso color verde, relajante, bancas y área para caminar. Hubo un caso que enviaron a una madre y dio a luz en un hotel cercano. Eso jamás volvió a suceder, ahora las aguardan allí, junto a la familia. Cuenta con Terapia Intensiva Pediátrica, como pocos hospitales. Todo mundo le mete mano, mucha gente apoya, Minerva Junco pasó la charola y un grupo de empresarios, orizabeños y cordobeses, dieron su aportación para habilitar el área privada, que el día de la inauguración llegó doña Cecilia Ochoa de Duarte, madre del gobernador, y amiga personal de la doctora Junco, a acompañarlos a ese evento. Al pie, en espera, tendida en una camilla, una niña indígena espera el alumbramiento. Es de Campanario, tiene 17 años y va por su segundo hijo. Las historias del indigenismo y sus hijos sin parar, sin detener esa marcha. La Junco lleva año y medio al frente. Al pie, una obra federal de Peña Nieto, el puente que pronto cruzará el ferrocarril, y al lado, un paso peatonal que donó la alcaldesa de Río Blanco. Aquí se da consulta a 400 personas diarias, con 125 médicos en cinco turnos. A la lejanía, en área separada por la misma razón, una Unidad de VIH, la que atiende a los enfermos contagiados. Un hospital de primera, que enorgullece el trabajo de todo el personal, y que enorgullece al secretario Nemi, y al gobernador y a todos nosotros que, cuando vemos la atención, donde jamás la gente pobre podría atenderse así, nos llena también de orgullo. Larga vida a ese hospital y que sigan con su labor humanitaria. Que Dios se los recompensará.

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